En estos días, y desde el confinamiento en casa, saco un momento para escribir estas líneas sobre las que llevo días reflexionando, porque creo que hemos podido ver que el tiempo de confinamiento ha sacado a relucir el lado más humano de las personas y de los propios comercios, y es algo por lo que hay que estar agradecido.
En primer lugar, es para mí indispensable comenzar dando las gracias a todas esas empresas del textil que, en medio de todo este caos, han decidido no quedarse de manos cruzadas y se han volcado desinteresadamente desde el primer momento en poner todas sus herramientas al servicio de quienes más los necesitan. Las puntadas que habéis empleado en esas mascarillas, batas y equipos sanitarios son de oro y demuestran que, en cada uno de los negocios del textil, cuando hay que responder, “lo bordamos”.
También creo que es importante, y por ello quiero dar las gracias, a todas las empresas del textil que viéndose tan afectadas, están siendo pacientes. Pacientes porque llevamos ya más de dos semanas con las tiendas cerradas. Dos semanas que han supuesto que tengamos que atrasar la venta de las prendas de la temporada Primavera-Verano. Dos semanas en las que hemos dejado todo el género todavía con olor a fábrica y hemos tenido que cerrar nuestras persianas por cuidarnos, por cuidar de nuestras familias y personas allegadas; por cuidar de nuestras trabajadoras y trabajadores y de nuestra clientela; por cuidar, en definitiva, de la sociedad.
Gracias por este ejercicio de responsabilidad y paciencia, que no puede acabar cuando acabe la cuarentena. Os pediría que, cuando volvamos, sigamos siendo pacientes y responsables, esta vez por nuestro sector que, si me permitís el símil, también está de baja por COVID y tiene que recuperarse poco a poco. De hecho, os agradecería que no adelantéis los descuentos, incluso pediría a cada uno de los comercios que nos pongamos de acuerdo este año en retrasar las rebajas a agosto.
Por último, pero no menos importante, también hay que agradecer el apoyo de nuestra clientela, un apoyo que espero que también dure después de la cuarentena. Y ojalá que quienes aún no se hayan dado cuenta de la soledad e inseguridad que se siente en las calles con los comercios cerrados, abran los ojos y vean que los comercios somos necesarios para la vida de los municipios.Solo me queda despedirme deseándoos salud. Volveremos, y lo haremos con más ganas y mucho más fuertes.
Javier Jauregui
PRESIDENTE BIZKAIA TEXTIL Y MODA